Extrañas colisiones

Chocamos,
contra una pared,
chocan tus fuerzas y el asfalto,
tus ganas y las puertas,
cerradas
y no se abren.

Lo intentamos,
pero más difícil es de traspasar que el cemento,
cementerio de pensamientos,
enjaulados
que antes vagaban libres por tu mente,
mentalidades cerradas,
vanas,
vacías de ideales con los que jugar tus cartas.

Y no te aclaras,
pero te acomodas
al tiempo,
al momento,
a esas situaciones.
Clamas atención,
clamas puertas abiertas,
ventanas entornadas,
suelos de goma,
colchones que protejan tus caídas.

Vuelves a levantar el vuelo,
indiferente ante las inclemencias,
y vagas,
chocando con todo,
chocando con todos
y contra ti mismo.