Pierdes la risa ante gestos pasados
y ganas cordura con besos robados.
Si la melodía exhibes,
con su color te atrapa
y de nuevo percibes
matices olvidados de cada etapa.
Pintas con los dedos otro amanecer,
esperando tintar la realidad,
deseando que se marche el ayer.
Intentas reflejar la luz,
colarte por las rendijas,
vivir tras la multitud,
ser el pigmento que fijas
a la piel bajo un alud.